Esta es nuestra tierra
Título original:Chez nous
* 6.4
Año:2017
País:Francia/Belgica
Género:Drama, política
Dirección:Lucas Belvaux
Guión:Lucas Belvaux, Jérôme Leroy
Duración:117 min
Reparto:Émilie Dequenne, André Dussollier, Guillaume Gouix, Catherine Jacob, Anne Marivin, Patrick Descamps, Charlotte Talpaert, Mateo Debaets,Coline Marcourt, Corentin Lobet, Thibault Roux, Michel Ferracci, Stéphane Caillard,Cyril Descours, Julien Roy
Sinopsis:El partido Rassemblement National Populaire está en plena campaña e intenta convencer a Pauline (Émilie Decquenne), una enfermera liberal “que todo el mundo adora”, de que se presente a las elecciones municipales en una ciudad que el partido ha elegido como objetivo nacional simbólico. Pero a través de su historia de amor con Stanko (Guillaume Gouix), la joven irá descubriendo las relaciones turbias de sus padrinos políticos con los paramilitares del Bloc y los mecanismos de marketing que disimulan su papel de rostro amable (“no uses nunca palabras racistas; di 'gentuza’, todo el mundo lo entenderá”). (FILMAFFINITY)
La película que el Frente Nacional no quiere ver
‘Chez nous’, un filme inspirado en el imparable ascenso de la ultraderecha de Marine Le Pen, provoca una fuerte polémica en Francia.
El decorado es el mismo que en cualquier municipio del norte francés. Un tractor surca la tierra de madrugada. Al fondo del paisaje, una ciudad de pasado minero se despierta, todavía somnolienta. Los edificios se caen a pedazos y los comercios hace años que escasean. Alguien enciende la radio; el paro ha vuelto a subir. Los obreros desocupados dejan pasar un día más, absortos frente a la telebasura. Mientras tanto, una formación política afronta las elecciones municipales con óptimas perspectivas. En la ficción, el partido recibe el nombre de Bloque Patriótico. En la realidad, se llama Frente Nacional.
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El cineasta Lucas Belvaux ha escogido este escenario como punto de partida de su nueva película, Chez nous, inspirada en el auge de la ultraderecha liderada por Marine Le Pen, que ha originado una fuerte polémica en Francia a un mes de su estreno, el 22 de febrero. Ninguno de los barones del partido ha podido verla todavía, pero eso no les ha impedido oponerse a ella. “Nos bastó con ver el tráiler y escuchar al director haciendo promoción. Fue suficiente para hacerse una opinión”, asegura el diputado Gilbert Collard, que no duda en tildar a sus responsables de “émulos de Goebbels”. Desde su despacho en París, el diputado asegura que no piensa ir a verla: “Tengo demasiados libros por leer para perder el tiempo con un producto comercial de la propaganda socialista”. Poco antes, el joven número dos del partido, Florian Philippot, en quien se basa uno de los personajes de la película, resumió así su opinión: “La democracia francesa está cada vez más enferma: una película anti-FN se estrenará en plenas presidenciales, financiada por ustedes”.
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En Chez nous aparece una líder inspirada en Le Pen, una política con la misma media melena rubia e idéntica retórica populista, que responde al nombre de Agnès Dorgelle. Hija de un histórico de la ultraderecha francesa, esta dirigente intenta despojar al partido del extremismo que lo caracterizó en el pasado para acercarse a la clase obrera, hasta ahora refractaria a su poderoso hechizo. Rodeada de asesores con estudios en las mejores universidades parisienses, Dorgelle encabeza un partido que se opone en sus mítines a que “la República se convierta en califato”, mientras recicla citas célebres de Jean Jaurès, icono de la izquierda francesa. Cualquier parecido con la realidad es, huelga decirlo, pura coincidencia.
En realidad, el papel de esa doble de Marine Le Pen, a quien interpreta la veterana Catherine Jacob, convertida ahora en bestia negra de los extremistas en las redes sociales, es tirando a secundario. La auténtica protagonista es una humilde enfermera llamada Pauline, madre soltera e hija de comunistas, reclutada por el partido como cabeza de lista en Hénard (localidad ficticia que se inspira en Hénin-Beaumont, cuya alcaldía el Frente Nacional conquistó en 2014). Pese a definirse como “más bien de izquierdas”, la joven decide aceptar la oferta de esa formación, considerando que “la hija es distinta que el padre, y además es una mujer”, como reza un diálogo del filme. Su novio, un modélico entrenador de fútbol infantil, la lleva a cenar a un restaurante de cuscús, pero luego apalea a inmigrantes en redadas nocturnas junto a un grupo de ultras.
Belvaux, actor y cineasta belga que ha dirigido películas como Después de la vidao No es mi tipo, asegura que no pretendía elaborar un panfleto contra el Frente Nacional, pero sí entender su poder de seducción. “Aspiraba a comprender cómo una región modesta se vuelca hacia la extrema derecha. Quería contar la historia de una mujer que, pese a no estar politizada, decide involucrarse en ese partido, por una mezcla de ira, cansancio y ganas de cambio”, afirma Belvaux. Al director le interesaba entender “la transgresión ideológica” de su heroína, ya que considera que la extrema derecha “pertenece a la Francia de otro tiempo, la de la ocupación, el mariscal Pétain e incluso el Antiguo Régimen”. Para Belvaux, que no esconde su izquierdismo, el Frente Nacional “se opone a todo lo que Europa ha construido desde hace 200 años”.
El productor de Chez nous, David Frenkel, sostiene que la película aspira a “desmaquillar” la nueva imagen del partido. “Es una operación de marketing exitosa, pero con el mismo ADN que tenía el padre, Jean-Marie Le Pen”, asegura Frenkel. “No queríamos hacer una caricatura, sino entender por qué en algunas ciudades ya los vota más de la mitad de la población. Ya no es solo el fascistoide que lleva una cruz gamada tatuada en el brazo, sino también el médico y el profesor”.
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