Título original: Gena Rowlands: Unabhängig im Kino und im Leben
Año: 2018
País: Alemania
Género: documental sobre cine
Dirección: Sabine Carbon
Guión: Sabine Carbon
Duración: 53 min
Reparto: Gena Rowlands, Jonas Mekas, Greg Gorman, Michael Ferris, Michael Ventura, Melissa Stevens, Ray Carney, Bo Harwood, Steve Reisch, Robert Forrest, John Cassavetes (en metraje de archivo)
Idioma: alemán e inglés con subt. castellano
Sinopsis: Un retrato íntimo de la soberbia actriz Gena Rowlands, icono del cine independiente. Junto a su marido, el legendario director John Cassavetes (1929-89), vivió una vida inusual más allá de la fábrica de sueños, una vida en la que la realidad y la ficción se entrelazaron tan perfectamente que hicieron posibles películas que aún hoy parecen increíblemente reales (letterboxd.com)
Es una afirmación fuerte pero, en el documental filmado por Sabine Carbon, quienes lo dicen tienen mucha razón: nadie puede igualar la capacidad de Gena Rowlands para retratar a las mujeres en crisis existencial de la forma en que John Cassavetes le encargó que lo hiciera en las siete películas que hicieron juntos. Podemos pensar en grandes actrices del cine norteamericano, pero a ninguna se le exigió este tipo de papel en el que sus ojos sobremaquillados se llenaban de lágrimas, sus gestos adquirían una aceleración histérica y todo su cuerpo estaba presente para acompañar las palabras airadas con las que reaccionaba contra lo que la atormentaba.
Cuando en 1975 la Academia de Hollywood concedió el Oscar a la mejor actriz a Ellen Burstyn por su interpretación en "Alicia ya no vive aquí", de Martin Scorcese, gran parte de la sala sintió la tremenda injusticia de que Gena no fuera la ganadora, a pesar de que la nominación hubiera sido un gran logro para alguien que lo había conseguido gracias a una película independiente. Si recordamos los sesenta años durante los cuales su nombre encabezó los carteles de las grandes películas, la notoriedad de la actriz no se correspondía con su talento efectivo, precisamente por la prioridad que se daba a las películas que John Cassavetes dirigía fuera del sistema. La primera vez que intentó crear una obra enmarcada en esas limitaciones - "The Late Blues" (1961)- el fracaso comercial le convenció a él y a los productores de que los futuros caminos deberían separarse. Cuando, casi treinta años después, Cassavetes decidió demostrar que podía hacer películas más acordes con los códigos del éxito comercial de entonces - "Glory" (1980)- no dejó de darle la singularidad de que Gena personificara a una mujer fuerte y decidida a ser tan violenta como sus potenciales agresores a la hora de cumplir el designio que se había propuesto.
La relación de Cassavetes con su musa comenzó pronto, a finales de los años 40, cuando ambos estudiaban arte dramático en Nueva York y, en contra de su decisión de no poner en peligro sus respectivas carreras artísticas por razones del corazón, se entregaron a ella. El matrimonio duró desde 1954 hasta 1989, fecha de su muerte a la edad de 59 años, dejando sin hacer más obras, que fueron sin duda algunas de las mejores que quedaron para el final del siglo XX.
De las películas más superlativas que rodaron juntos, cabe recordar "Faces" (1968) en la que Gena era una prostituta que no podía ocultar su desesperación cuando recibía clientes; la ya mencionada "Una mujer bajo influencia" en la que era Mabel, el ama de casa que estaba al borde de un ataque de nervios cuando los amigos de su marido (Peter Falk) se fueron a cenar a casa sin avisarle. O "Noche de estreno" (1977), en la que era la actriz de éxito a la que los años empiezan a pesarle y a provocarle miedos incontrolables. Pero incluso la última, "Corrientes de amor" (1984), en la que los dos eran hermanos incapaces de entenderse pero, sin embargo, conscientes del amor que alimentaban, era un testamento cinematográfico digno de referencia, aunque había otra de 1986, tomada para pagar las facturas, cuyo título coincidía con lo que significaba para Cassavetes: "El gran problema".
En el documental, hay unanimidad entre todos los entrevistados en cuanto al ambiente tan especial que se respiraba en la casa del matrimonio cuando servía de escenario para algunas de las películas del director. Los que iban allí a trabajar se sentían parte de la familia, como si los lazos de sangre les unieran efectivamente a ella, con una complicidad que facilitaba la creatividad y estimulaba experimentos impensables en el cine de Hollywood. Incluso cuando Gena no participaba como actriz -por ejemplo, en la maravillosa "Maridos", sobre la huida de tres hombres (Cassavetes, Falk y Gazzara) a Londres- las familias de todos los actores convivían entre bastidores con una enorme empatía.
En el balance de toda su filmografía, Gena Rowlands será recordada por las películas que hizo fuera de los estudios, aunque, dentro de estos marcos, actuara con Frank Sinatra, Rock Hudson o Kirk Douglas. O incluso con Bette Davis que, cuando era adolescente, era la actriz modelo a imitar. Las más relevantes fueron las dirigidas por Cassavetes, pero incluso después de su viudez, siguió eligiendo papeles en películas independientes, especialmente las dirigidas por Jim Jarmusch o por Nick Cassavetes y Zoe Cassavetes, dos de los tres hijos resultantes de su duradero matrimonio con su cómplice de casi toda la vida.
(jorge rocha, tempos intressantes)
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